La migración es un componente central de la dinámica demográfica. Si bien mucha producción se realiza en torno a las muertes y los nacimientos, muchas veces es gracias al componente migratorio que la dinámica demográfica de un país —y su estructura poblacional— puede cambiar drásticamente en poco tiempo. Es también la variable más compleja de medir, dada la dificultad para obtener registros continuos y fiables en el tiempo.
En Uruguay la migración ha tenido un papel fundamental en la composición poblacional del país. Desde sus inicios como sociedad, el país fue poblado por contingentes migratorios de particular volumen durante el siglo xix. La tendencia a la inmigración siguió aumentando durante el siglo xx debido a las repercusiones de las guerras mundiales. Sin embargo, a partir de mediados del siglo xx la tendencia comenzaría a cambiar. En un contexto de crisis económica que desembocaría más tarde en la crisis social y política, el advenimiento de la dictadura militar produjo una caída récord de la tasa neta de migración, con un saldo negativo inédito para el país hacia la mitad de la década de los setenta. Entre 1963 y 1985 se estima que más de 350.000 uruguayos emigraron del país por las condiciones políticas, sociales y económicas. La tasa de emigración en Uruguay llegó a ser una de las más altas del mundo, teniendo en cuenta que cerca de un 15 % de la población vive fuera del país.
En el contexto de mayor pico emigratorio de la historia, César Aguiar escribió dos documentos claves que se incluyen en esta selección: uno en 1981, sobre la vinculación entre el mercado de empleo y varios de los componentes de la dinámica demográfica, en particular la migración; el segundo, al año siguiente, proponiendo la centralidad de la emigración en la configuración de la población uruguaya.
Es de notar que hasta ese entonces la producción demográfica en el país era más que escasa: además del gran hueco censal de la primera mitad del siglo (entre 1908 y 1963) que marcó la escasa preocupación por la generación de datos; eran pocos los trabajos que proponían la temática demográfica como eje de discusión de temas tanto en el ámbito académico como desde la producción que —en el marco de la dictadura— se desarrollaba en los centros de formación privada (ciesu, ciedur, claeh).
César propone en el primer trabajo una revisión de las estrategias de la población uruguaya frente a los cambios en el mercado laboral; entre estas revisa la tendencia de la emigración y su perfil específico, así como otras estrategias que denomina de supervivencia, y describe también algunas tendencias de la migración interna, de la fecundidad y de la composición de los hogares. Este constituye probablemente uno de los primeros intentos en poner en juego la dinámica del mercado laboral con la dinámica demográfica.
En el segundo trabajo, César, con el espíritu arriesgado que se le conocía, propone que la emigración fue un componente constante de la dinámica poblacional uruguaya y que ya desde sus orígenes el país se convierte en expulsor de personas, así como presenta dificultades para retener a los inmigrantes. Aquí nuevamente vuelve a hacer uso de otros indicadores demográficos como el crecimiento vegetativo, el crecimiento total, fecundidad, estructura de edades y distribución espacial. Por más que se empeña en aclarar que el trabajo no es propiamente demográfico —sino que se enmarca en una preocupación mayor acerca del modelo uruguayo de desarrollo social—, es claramente uno de los trabajos pioneros en la temática. Contiene además la potencia de vincular la problemática demográfica a los factores que han afectado el desarrollo histórico del país.
En Uruguay no empezó a realizarse producción académica en los temas de población hasta los años noventa, en que Adela Pellegrino fundó el Programa de Población en el marco de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de la República, del que formo parte. En los inicios de nuestra formación como demógrafos los trabajos de César eran de ineludible referencia.
El último trabajo que se presenta en esta selección es mucho más reciente, está escrito hace diez años y se vuelve a centrar en la migración pero desde la óptica inversa: la inmigración. Pensando en un fenómeno emergente en ese momento, y en proceso de consolidación actualmente en el país, se pregunta por las oportunidades de una política inmigratoria. César vuelve a ser pionero aquí, tanto en la sistematización de información como en el planteamiento de un tema poco explorado hasta entonces en la producción académica demográfica. y además termina el documento proponiendo acciones concretas hacia una política inmigratoria, de gran vigencia en la actualidad uruguaya donde presenciamos por primera vez saldos positivos de migración y corrientes provenientes de países que no conformaban el escenario de origen tradicional de los inmigrantes.
La producción de César —como bien lo muestra este libro— es variada, plural y de múltiples temáticas de interés. Si bien en el caso de estos tres textos el propio autor no los considera de demografía específicamente, sí es ineludible la centralidad de este aspecto en la discusión de problemáticas más amplias: empleo, desarrollo, integración y estructura social del Uruguay.
La visión amplia, siempre vanguardista y poco ortodoxa le permitió a César proponer con total libertad la exposición de temas e ideas que promovieran la discusión en la agenda social y política. Hoy aún tienen vigencia. Aprovechemos la lectura.
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Socióloga y demógrafa. Doctora por la Universidad Autónoma de Barcelona. Investigadora y docente del Programa de Población de la Facultad de Ciencias Sociales y coordinadora del Centro Interdisciplinario de Envejecimiento (cien) del Espacio Interdisciplinario, Universidad de la República.