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La compilación

Rodrigo Ortiz1 y Nicolás Portela2

Cuando nos llegó la propuesta de tomar el rol de compiladores en la elaboración de este libro sobre César Aguiar, sabíamos del enorme desafío que significaba aceptar dicha tarea. y esto, al menos, por dos motivos principales: por un lado, porque nuestro conocimiento personal y profesional de César apenas alcanzaba niveles básicos; y, por otro lado, por el lugar destacado que ocupaba —y ocupa— el autor en el desarrollo de las ciencias sociales del Uruguay, lo cual exigía el máximo rigor de nuestra parte para alcanzar una selección de trabajos que estuviera a la altura de las circunstancias. Sin embargo, fue esa propia dimensión de la figura de César la que nos sedujo, sin titubeos, a llevar adelante la tarea.

En tal sentido, la existencia de emprendimientos recopilatorios precedentes —uno de ellos de mediados de los noventa, en vida del autor y bregando contra su resistencia, y el otro más reciente, posterior a su fallecimiento— nos legó sendos listados de obras a cargo de las colegas María Ester Mancebo y Daniela Vairo, que constituyeron un primer y valiosísimo factor de acercamiento a su producción y que reflejaron preliminarmente —rasgo que aparecería acentuado durante el proceso indagatorio— la diversidad de áreas del saber por él cultivadas. Munidos de dichas listas pudimos iniciar nuestro trabajo pisando terreno firme, y comenzamos con la recolección y lectura de los textos.

Concomitantemente, fue menester llevar a cabo una serie de entrevistas a hombres y mujeres que tuvieron lazos personales y profesionales con César y cuyos conocimientos y memorias podían significar un gran aporte para el proceso de selección. En este sentido, partiendo de una nómina que fue ampliándose a partir de las sugerencias de los propios entrevistados, buscamos representantes de los múltiples ámbitos e instituciones en los que César actuó, con la intención de hallar aquellos aspectos destacados de la personalidad y la obra del autor, de enriquecer nuestro universo de selección de material con trabajos que no figurasen en las listas originales, así como de recoger e intercambiar opiniones referidas a los énfasis y criterios de selección.

Indudablemente, a medida que íbamos avanzando, comenzó a emerger un desafío especialmente importante, que consistió en encontrar aquellos títulos sugeridos de textos, videos y audios, varios de los cuales eran inéditos o presentaban referencias imprecisas. Así, las listas precedentes y las entrevistas a representantes exigieron otro campo de indagación: la revisión exhaustiva de los inventarios de aquellas bibliotecas —todas las universidades incluidas—, asociaciones, organizaciones y centros académicos y profesionales que podían contener material de César, complementada con la infaltable pesquisa online.

Esta búsqueda, llevada adelante durante varios meses y compuesta de los múltiples campos de indagación mencionados, otorgó como resultado la obtención de cerca de un centenar y medio de títulos con la autoría de César, entre libros, artículos de libros y revistas, columnas en medios de prensa escrita, audios y videos de clases, de exposiciones, de conferencias y de programas radiales, así como borradores que no llegaron a ver la luz. Pero, además, el proceso de investigación no resultó únicamente estimulante por el alto interés profesional que significó para nosotros esa enorme cuantía de material reunido, sino también por la atrayente personalidad que descubrimos en el autor homenajeado, reflejada en sus contribuciones y en los testimonios de quienes pudieron conocerlo con mayor profundidad. Su afición por el conocimiento, su condición de usina inagotable de ideas y proyectos, su vocación emprendedora —en ocasiones rayana en el voluntarismo—, su fe y sus valores cristianos, su fuerte carácter, sus hábitos y costumbres, el espíritu de optimismo y disfrute con que vivía su trabajo e incitaba a los demás a que lo hicieran, fueron rasgos que resaltaron y se evidenciaron en las múltiples anécdotas que nos fueron compartidas.

La etapa más ardua y desafiante de este proyecto fue la confección del selecto grupo de trabajos que darían vida, en definitiva, a las páginas de este libro. ¿Qué criterios emplear para una tarea selectiva cuyos rasgos inherentes son la imperfección, la exclusión injusta o indeseada, y una inevitable arbitrariedad? Junto con unos pocos textos de cajón, eran muchos los que rivalizaban por los limitados espacios disponibles por obvias razones editoriales.

La estrategia asumida por este equipo compilador fue, ante la cantidad de material, su clasificación en categorías temáticas. Conscientes de los problemas de superposición que tornaban discutible cualquier esquema de estas características, fue la mejor manera de organizar los trabajos y ordenar el pensamiento, lo que llevó de la mano a la idea de los capítulos temáticos como manera práctica de exponer las áreas más destacadas dentro de la gran amplitud de inquietudes desarrolladas por César: su estudio del sistema político uruguayo desde una visión de ribetes fuertemente críticos, controversial, propicia para aguijonear el debate, a través de la cual introdujo conceptos que han sido y son referencia para la discusión politológica en nuestro país (doble escena, bipartidismo fragmentario, etc.); el campo de la opinión pública, en el que fue pionero en nuestro país e impulsor decidido de una comunidad profesional latinoamericana; los temas poblacionales, ineludibles para el análisis sobre las posibilidades de desarrollo del Uruguay, que lo llevarán a advertir —en el contexto histórico más hostil imaginable— sobre nuestra histórica condición de país expulsor; enfoques sobre la relación entre Estado y sociedad, imbuidos también de sentido crítico y desmontadores de nuestros esquemas conceptuales (como la vieja y persistente confusión de lo público con lo estatal); la preocupación por la investigación científica en términos de pertinencia y rigor metodológico; su menos difundido interés por los temas eclesiales —abordados desde su condición de cristiano— y el lugar de la fe en nuestra sociedad; finalmente, su cultivo de los abordajes prospectivos al servicio de la identificación de tendencias sociales —aquellas que operan gobierne quien gobierne— y posibles escenarios futuros.

Habiendo realizado un proceso de indagación y selección que nos llevó más de un año, deseamos expresar nuestro profundo agradecimiento a muchas personas sin las cuales esto no hubiera sido posible: a Jorge Lanzaro, coordinador académico de este emprendimiento, quien nos convocó para esta tarea y nos sugirió los certeros ejes iniciales de la investigación; a María Ester Mancebo y Daniela Vairo, por habernos permitido utilizar las referidas listas de textos que allanaron el camino en su primer tramo, así como por acceder al intercambio de ideas sobre el proyecto; a José Rilla, por la confianza depositada y sus atinados consejos; a Ignacio Zuasnabar, por sus invalorables sugerencias y el material de prensa archivado en Equipos al que nos permitió acceder; a Luis Carriquiry y Paul Dabezies, por facilitarnos textos históricos y recientes de César en torno a la reflexión eclesial; a Virginia Álvarez, de Obsur, por su búsqueda y suministro de material; a Gabriela Alicata, de audec, por la provisión del registro de una ponencia del autor que le solicitáramos en su momento; a ciedur —especialmente a Andrea Detjen—, por permitirnos consultar la producción de César contenida en su archivo; al Instituto Juan Pablo Terra, por permitirnos otro tanto con diversas publicaciones de las que también extrajimos material; a Vicente Cremanti, por el contacto realizado con Fundación de Cultura Universitaria (fcu), en la búsqueda de títulos que pudieran faltarnos; un recuerdo especial a Luis Eduardo González (†), quien nos recibió y brindó sus opiniones con la cordialidad y sencillez que lo caracterizaban; a Danilo Astori, María Braun, Agustín Canzani, Pablo Mieres, Romeo Pérez y Francisco Vernazza, quienes también nos concedieron entrevistas en las que volcaron sus aportes a la causa.

Finalmente, una consideración aparte para la familia del autor, muy en particular a Cecilia Zaffaroni, por la generosa disposición que exhibió toda vez que fue consultada y por los valiosos materiales y datos que nos proporcionó; otro tanto a Marcos Aguiar, quien nos permitió el privilegio de acceder al back-up de la computadora de César en Equipos, con plena libertad para consultar y utilizar el material allí guardado.

Sabiendo que la presente compilación no agota todos los aportes realizados por César Aguiar, quisimos incluir en esta selección aquellas líneas que mejor lo representaran, apenas algunos títulos que sirvan de invitación al lector para adentrarse en un estudio más profundo de su contribución, un homenaje a quien nos ha dejado reflexiones de significación histórica y utilidad presente. Deseamos que estas intenciones hayan logrado ser plasmadas en esta publicación.